¿El concepto de libertad está desdibujado?

Creo que últimamente confundimos mucho lo que es la libertad.
Hacemos muchas cosas y las justificamos diciendo que las hacemos porque somos libres y que por eso, tenemos derecho a hacer lo que queramos.
 Para mí, hay una línea muy fina entre lo que es libertad y lo que es necesidad. En algún momento, a todos nos ha pasado que hemos hecho algo de lo que no nos sentimos orgullosos pero para no sentirno mal con nosotros mismos, decidimos calificar esa acción como una expresión de libertad. Puede que en ese momento sí que haya sido una expresión de tu libertad pero llegará un momento en que si sigues haciendo lo mismo durante mucho tiempo, te costará distinguir si lo haces porque realmente eres libre de hacerlo y te apetece o simplemente, se ha convertido en una rutina y en una necesidad por hacerlo. 
Por eso, apoyo a la gente que se lía con muchos en una misma noche haciendo gala de su libertad y de que realmente eso es lo que le apetece. Aunque, llega un momento en el que me empiezo a cuestionar si esas personas realmente lo hacen porque les apetece o porque necesitan sentir que son queridas y admiradas por el resto.
Es algo que nos paramos poco a pensar porque ahora, la libertad es siempre lo primero. El problema que yo veo, es ese, que realmente estamos desdibujando esa línea entre libertad y necesidad y muchas cosas que ahora calificamos como libertad realmente, no dejan de ser una necesidad de sentirnos atractivos, guapos y queridos frente a otras personas.

Un mar de dudas

No se lo que siento. Estoy en una etapa de mi vida en la que mi fuerte no son mis sentimientos, vivo confundida entre un mar de ellos, no me dejan dormir, no me dejan vivir. Vivo confusa sobre qué es lo más correcto y pensando en las mil formas en que puedo fallar cada vez. 
Intento conseguir mi meta en la vida, ser feliz, y por eso, me cuesta tanto tomar estas decisiones. Mi felicidad se basa en el amor y justamente por eso,  vivo en un enfrentamiento continuo entre quién realmente me aporta esa felicidad.
Está aquel que me hace temblar con solo verle, el que me pone la vida patas arriba solamente con mirarme, el que despierta mariposas en mi estómago con tan solo sentirlo cerca pero también fue el que no me supo valorar en un principio y quien más me ha hecho sufrir.
Por otro lado, está el que me ha demostrado día a día lo importante que soy para él, lo feliz y lo orgulloso que está de que cada día esté dando un paso más hacia mi meta, el que lo da todo por mí y el que está siempre para sujetarme y consolarme cuando cometo un error dispuesto a no juzgarme por muy imperdonable que éste haya sido.

Sinceramente, no sé en cuál de los dos se encontrarán mis sentimientos o si se encuentran en los dos. Lo único que se es que tengo que superar a alguno de los dos y terminar eligiendo.

Camina

Siempre me ha costado expresar mis sentimientos en voz alta, en reconocer mis sentimientos a cualquier persona. Con miedo a que todo eso pudiera salir a flote y pudiera ser utilizado en mi contra.
Por mucho que confíe en una persona me es imposible abrirme totalmente a ella, incluso cuando se que ella no lo va a utilizar en mi contra.
Siento miedo por el qué podrá pensar sobre mis sentimientos, miedo a que piense que son una tontería y miedo a no ser comprendida por ella. Miedo a haberme abierto para nada porque no le ha dado la menor importancia.
Hay veces que me muero de ganas de contarle todos mis sentimientos a alguien pero ese me miedo me sigue frenando y espero que con el tiempo, ese miedo vaya desapareciendo.
Conforme he ido creciendo, me he dado cuenta que muchas veces lo único que se necesita es tiempo y buenas personas en tu vida que te apoyen y que estén ahí en el momento en el que los necesites.