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Y de repente ahí estabas tú, intentando llamar mi atención, con un guiño y cuatro palabras. Al principio no me convenciste pero ya sea por destino o por cualquier otro motivo terminé haciéndote caso, no se si eso ha terminado siendo algo bueno o malo, tu te fuiste y aquí me quedé yo, con tu sonrisa y tus cuatro palabras grabadas a fuego. No se como he podido llegar a este extremo. Seguimos hablando, tenemos algo, pero, ¿hasta donde llega lo que tenemos?Hay veces que siento que puede llegar hasta el infinito pero otras en las que pienso que esto no lleva nada más que a hacernos daño. No quieres pillarte pero no te das cuenta que eso no se trata de querer o no, sino de sentir y cariño, los dos sabemos que poco a poco o instantáneamente hemos terminado sintiendo algo el uno por el otro. ¿Quieres que te diga algo? No tengas miedo a sufrir, puede que yo me haya llevado muchas hostias por esta misma razón pero no me he arrepentido nunca de no tener miedo a sufrir. Hay veces que te envidio, te envidio al no tener la sangre fría de pasar de ti como la tienes tu muchas veces pero también envidio tus palabras bonitas que te salen en los mejores momentos. No se como terminará todo esto, lo que sí que se es que no me arrepentiré de haber arriesgado todo por ti, porque querer a alguien se basa principalmente en eso.